¿Cómo se volvieron tan populares los cubos Rubik?

Como todos los profesores en Arquitectura, Ernő Rubik comenzó a trabajar en una manera de exponer lúdicamente el diseño de objetos tridimensionales y el problema de pensar en las partes de manera independiente sin que se desequilibrara lo proyectado. Una vez que mezcló e intentó rearmar la "maqueta" que armó se dio cuenta: había creado un rompecabezas increíble.

Aunque es cierto que existían otros prototipos e inclusive códices antiguos que cumplían con los mecanismos de encastrado, el cubo de Erno disparó la curiosidad del mainstream. Luego de ser patentado en 19 de mayo en 1975, alcanzó un total de treinta millones de unidades vendidas en siete años.

El “Cubo Rubik” alcanzó un estatus inmortal en la época del ‘80 y quedó en el panteón eterno de la cultura pop. El Museo de Arte Moderno de Nueva York tiene un lugar permanente para el diseño e inclusive el nombre fue avalado por el Diccionario de Oxford.

La medicina no pudo ignorar el efecto que tuvo este rompecabezas portátil: no solo ha demostrado mejorar la memoria muscular (algunos especializados en su armado pueden recordar 10 tipos de algoritmos analógicos), sino que acorde al MIT ayuda a la resolución de problemas configuracionales.

Aunque después de 1980 su popularidad decayó notablemente y solo un nicho mantuvo la práctica en distintas competencias de armado en velocidad, la industria cultural resignificó los patrones del rubik en cuadros puntillistas denominado “Cubismo Rubik”.

La primera obra de arte de este estilo fue creada por Fred Holly a mediados de la década de 1980, mientras que el artista callejero Space Invader exhibió una serie de obras hechas en Rubik en junio del 2005. En 2010, el artista Pete Fecteau creó “Dream Big”, un tributo a Martin Luther King Jr. usando 4242 cubos y un fanático de Maradona, también armó su retrato en el 2020 con un total de 1500 piezas.

El Rubik demostró la curiosidad infinita de una generación que vivió la transformación entre lo analógico y digital. En un mundo que a veces pareciera que solo es válido si existe dentro de los parámetros digitales, el diseño de Erno Rubik traspasó las fronteras inmortalizado por la cultura pop.