El contagio por COVID-19 aumenta un 60% las probabilidades de sufrir problemas de salud mental

La investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington llegó a este resultado con información de 2020 y 2021. Pocas personas en el estudio fueron vacunadas antes de desarrollar COVID-19.

Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis descubrió que la probabilidad de experimentar problemas de salud mental es mucho mayor en aquellos contagiados de COVID-19. El estudio halló que las personas que habían cursado el COVID-19 tenían 60% más de probabilidades de sufrir problemas de salud mental que aquellos que nunca se contagiaron. Según la investigación, esto podría ser parte de las secuelas a largo plazo de la enfermedad, un factor que recién después de tres años puede comenzar a investigarse.

En el estudio publicado en la revista académica The British Medical Journal, se señaló que la contracción de coronavirus aumentaba significativamente el riesgo a padecer trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de sueño y trastornos cognitivos entre otros. Es importante aclarar que pocas personas en el estudio fueron vacunadas antes de desarrollar COVID-19, ya que las vacunas aún no estaban ampliamente disponibles en el momento de la inscripción. 

"El cuerpo de evidencia que tenemos de las consecuencias del COVID a largo plazo -obtenido desde nuestro trabajo y el de otros- sugiere que tenemos que reenmarcar lo que pensamos del SARS-CoV-2. No es solo un virus respiratorio; es un virus sistémico que puede provocar daños y consecuencias clínicas en casi todos los órganos del sistema, incluyendo desórdenes de salud mental y declive neurocognitivo", explicaron en la publicación.

Para su estudio, el grupo de investigación analizó los registros médicos no identificados de una base mantenida por el Departamento de Asuntos Veteranos de Estados Unidos. Desde allí crearon una librería de información de salud de 153.848 adultos positivos de COVID-19 entre el 1 de marzo de 2020 y el 15 de enero de 2021. En comparación con los grupos de control sin ninguna infección, los contagiados tenían un 35% más chances de sufrir trastornos de ansiedad y aproximadamente un 40% más de experimentar trastornos relacionados con el estrés que afectan al comportamiento y las emociones. Esta cifra también se vio reflejada en los tratamientos psiquiátricos utilizados para combatir la problemática, en donde aumentó un 55% más el uso de antidepresivos.

Con el fin de diferenciar estos resultados con los de enfermedades similares como la gripe, los investigadores cotejaron que inclusive aquellos internados por enfermedades respiratorias (sin relación al COVID-19) tenían un riesgo menor al 73% a desarrollar enfermedades mentales. En aquellos que fueron hospitalizados por coronavirus avanzado, los investigadores comprobaron que aquellos internados durante los primeros 30 días de la infección tenían un 86% más de probabilidades de adquirir algún trastorno de salud psicológica que en los internados por otras afecciones.

"No estamos seguros de por qué sucede esto, pero una de las principales hipótesis es que el virus puede ingresar al cerebro y alterar las vías celulares y neuronales, lo que lleva a trastornos de salud mental. De lo que estoy absolutamente seguro es que se necesita atención urgente para identificar y tratar a los sobrevivientes de COVID-19 con trastornos de salud mental”, concluyó Ziyad Al-Aly, epidemiológo clínico de la Universidad de Washington.