Una mujer inocente estuvo presa 12 años y ahora el Estado deberá pagarle 7 millones de pesos

Santa Fe deberá pagar siete millones de pesos por daños y perjuicios a una mujer que pasó casi doce años en prisión condenada injustamente, por el asesinato de su esposo, en 2005.

La Justicia de Rosario dictaminó que el Estado de Santa Fe deberá pagar siete millones de pesos por daños y perjuicios a una mujer que pasó casi doce años en prisión acusada injustamente de ser la autora del asesinato de su esposo, ocurrido en 2005. La resolución del Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual Nº 2, estableció ese monto por la pérdida de su fuente de ingresos en la docencia y por daños y perjuicios entre capital e intereses, según informaron medios locales.

El texto destaca que “cuando prospere el recurso de revisión, interpuesto en favor de una persona condenada por error judicial excusable, a pena privativa de la libertad o a inhabilitación de cumplimiento efectivo, aquella tiene derecho a reclamar de la provincia una equitativa indemnización”. A su vez, señala que "la mujer fue privada de su libertad a consecuencia de resoluciones judiciales siendo declarada absuelta casi doce años después por encontrarla la Corte Suprema de Justicia inocente del delito por la que fuera condenada", ya que los estudios médicos demostraron que las heridas que presentaba no pudieron ser autoinflingidas.

Se trata de María Antonia Gauna, una docente correntina que quedó viuda en la ciudad santafesina de Arequito en 2005, cuando su esposo fue asesinado a puñaladas y ella hallada a su lado en gravísimo estado de salud.En diálogo con la radio local LT10, Gauna aseguró que el responsable por el homicidio fue el cuñado de su marido, que se quedó con los campos de la víctima identificada como Carlos Omar Bartorelli.

“Volvimos de cenar y mi marido fue a guardar el auto a una cochera. Yo entré a mi casa y me encontré con una persona encapuchada con un arma. Cuando me redujo, me di cuenta que era Pirulo, el cuñado de mi marido. El tipo me pedía plata y yo le di lo que tenía”, relató la mujer sobre la noche del crimen. “Cuando llegó mi marido, le abrí la puerta con los brazos atados y le dije que estaba su cuñado. El tipo lo apuntó y lo obligó a entrar. Este sujeto nos pedía plata porque mi marido había retirado 25 mil pesos del banco días antes. Nos obligó a tomar algo y nos metió en la cama. Yo tomé todo y mi marido no. Me dormí y luego me desperté en el sanatorio”, continuó.

Al concluir, aseguró que la justicia "investigó" y la terminó condenando a cadena perpetua. “Años después, gracias a las pericias científicas se comprobó que yo tenía los dos tendones cortados y era imposible que me lo hubiera hecho sola”, subrayó.