#FreePaulo: ¿Qué pasó con el cantante cordobés?

Hace mucho que no escuchamos sobre Paulo Londra, el trapero cordobés que rompió los límites de la popularidad nacional en 2019 pero que su fama fue silenciada abruptamente. El hashtag #FreePaulo volvió a traer a la conversación el caso del músico que vive con su carrera atada bajo una batalla legal por un contrato discográfico poco claro. Es que en 2019, según cuenta, durante su estadía en Colombia, donde trabajó incansablemente, fue engañado y firmó un contrato que lo obligó a ceder todos los derechos de sus canciones, incluso su propia voz.

Compañeros artistas como Duki, Lil Killah, Tiago PZK, Nicki Nicole, Bizarrap y Abel Pintos expresaron su apoyo a Paulo en sus redes sociales. Inclusive la cantante de folklore Soledad Pastoruti invitó a impulsar la movida en Twitter cuando posteó: “Free Paulo! Mi gente se prende con esto? Me siento muy identificada con él...viví algo parecido...menos grave quizás pero sé lo que se siente y en ese momento el apoyo de la gente y algunos colegas me hizo muy bien!!”.

¿Por qué se desató la batalla legal entre Paulo Londra y el sello discográfico?

El camino a la fama de Paulo Londra comenzó en 2017 luego que su primer tema alcanzara el primer puesto de la lista de Spotify de argentinos más reproducidos en la plataforma. Sus colaboraciones con la banda colombiana Piso 21 con “Te Amo” y Becky G con “Cuando te besé” lograron asegurarse los primeros puestos en Billboard Argentina Hot100. Después de llenar cuatro fechas en el Teatro Gran Rex, lanzó “Adán y Eva”, con que el conquistó las tablas de Billboard y ganó el Premio Gardel a “Mejor Canción/Álbum de Músico Urbana”.

Ya para 2019, el trapero era parte del line-up principal del LollaPalooza, junto a Kendrick Lamar y Lenny Kravitz. También fue incluido en el álbum "No.6 Collaborations Project" de Ed Sheeran, cantando junto a él “Nothing on You”. Ese mismo año firmó un contrato con la productora Big Ligas por medio del cual entregó el derecho de todas las canciones y su voz hasta el 2025.

En una carta publicada a fines de mayo, el cantante reveló que el proceso había sido más que maquiavélico: “Hice música como un loco; a los 19 me fui meses a Colombia y grabé sin parar. Podía hacer hasta 6 temas por día, gracias a esta disciplina que tenía del freestyle”, cuenta Londra. Allí corroboró que "se hizo amigo” de los dueños de Big Ligas, los productores Ovy On The Drums y Kristo. Y un día, uno de ellos le propuso filmar un video para redes sociales donde se lo viese firmando “unas hojas” para demostrar que eran un “equipo fuerte”.

Londra declaró que solo después del video y su firma le comentaron que se reunirían con los abogados Stephanie Chopurian y Matt Greenberg para leer lo que él le había puesto firma. “Volví a casa diciendo que firmé un contrato el cual meses después enviaron copia”, contó. Cuando el cantante se negó a las pautas que se le estipulaba, comenzó la batalla legal.

"No pasó mucho tiempo, que Matt Greenbery envió una carta de intimidación a mí y a mi padre (un abogado que supuestamente velaba por mí) en donde nos mostró la verdadera cara del contrato que firmé con Ovy y Kristo, en donde no era un verdadero socio/artista".

 

Hace mucho que no escuchamos sobre Paulo Londra, el trapero cordobés que rompió los límites de la popularidad nacional en 2019 pero que su fama fue silenciada abruptamente. El hashtag #FreePaulo volvió a traer a la conversación el caso del músico que vive con su carrera atada bajo una batalla legal por un contrato discográfico poco claro. Es que en 2019, según cuenta, durante su estadía en Colombia, donde trabajó incansablemente, fue engañado y firmó un contrato que lo obligó a ceder todos los derechos de sus canciones, incluso su propia voz.

Compañeros artistas como Duki, Lil Killah, Tiago PZK, Nicki Nicole, Bizarrap y Abel Pintos expresaron su apoyo a Paulo en sus redes sociales. Inclusive la cantante de folklore Soledad Pastoruti invitó a impulsar la movida en Twitter cuando posteó: “Free Paulo! Mi gente se prende con esto? Me siento muy identificada con él...viví algo parecido...menos grave quizás pero sé lo que se siente y en ese momento el apoyo de la gente y algunos colegas me hizo muy bien!!”.

¿Por qué se desató la batalla legal entre Paulo Londra y el sello discográfico?

El camino a la fama de Paulo Londra comenzó en 2017 luego que su primer tema alcanzara el primer puesto de la lista de Spotify de argentinos más reproducidos en la plataforma. Sus colaboraciones con la banda colombiana Piso 21 con “Te Amo” y Becky G con “Cuando te besé” lograron asegurarse los primeros puestos en Billboard Argentina Hot100. Después de llenar cuatro fechas en el Teatro Gran Rex, lanzó “Adán y Eva”, con que el conquistó las tablas de Billboard y ganó el Premio Gardel a “Mejor Canción/Álbum de Músico Urbana”.

Ya para 2019, el trapero era parte del line-up principal del LollaPalooza, junto a Kendrick Lamar y Lenny Kravitz. También fue incluido en el álbum "No.6 Collaborations Project" de Ed Sheeran, cantando junto a él “Nothing on You”. Ese mismo año firmó un contrato con la productora Big Ligas por medio del cual entregó el derecho de todas las canciones y su voz hasta el 2025.

En una carta publicada a fines de mayo, el cantante reveló que el proceso había sido más que maquiavélico: “Hice música como un loco; a los 19 me fui meses a Colombia y grabé sin parar. Podía hacer hasta 6 temas por día, gracias a esta disciplina que tenía del freestyle”, cuenta Londra. Allí corroboró que "se hizo amigo” de los dueños de Big Ligas, los productores Ovy On The Drums y Kristo. Y un día, uno de ellos le propuso filmar un video para redes sociales donde se lo viese firmando “unas hojas” para demostrar que eran un “equipo fuerte”.

Londra declaró que solo después del video y su firma le comentaron que se reunirían con los abogados Stephanie Chopurian y Matt Greenberg para leer lo que él le había puesto firma. “Volví a casa diciendo que firmé un contrato el cual meses después enviaron copia”, contó. Cuando el cantante se negó a las pautas que se le estipulaba, comenzó la batalla legal.

"No pasó mucho tiempo, que Matt Greenbery envió una carta de intimidación a mí y a mi padre (un abogado que supuestamente velaba por mí) en donde nos mostró la verdadera cara del contrato que firmé con Ovy y Kristo, en donde no era un verdadero socio/artista".

 

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