Derechos Humanos: Carlos Blaquier va a juicio oral

El empresario Carlos Blaquier está acusado por su participación en los secuestros del aparato represivo de la dictadura cívico-militar en julio de 1976 en “La noche del apagón”.

El dueño de la empresa Ledesma, Carlos Blaquier, y al exadministrador de la firma, Alberto Lemos, irán a juicio oral y público por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. El juzgado federal N°2 de Jujuy rechazó los planteos de nulidad presentados por la defensa del empresario y terrateniente azucarero, así como los sobreseimientos a su favor en el marco de la causa denominada "Luis Burgos y otros". El documento firmado por el juez federal Esteban Eduardo Hansen dispuso la elevación a juicio de los empresarios por los presuntos delitos de "privación ilegítima de la libertad agravada en 20 hechos".

Según la acusación, Blaquier y Lemos fueron procesados como partícipes necesarios de "La noche del apagón", como se conoce a la detención ilegal de cerca de 400 personas entre el 20 y el 27 de julio de 1976. Entre ellos se registraron trabajadores de la empresa. El empresario y su colaborador están acusados de proveer vehículos y personal del ingenio para ese operativo represivo, como consta en diversos testimonios de sobrevivientes, en el marco de las causas por delitos de lesa humanidad. Este hecho se suma a la infinidad de violaciones a los Derechos Humanos perpetradas durante la última dictadura cívico-militar.

Cómo fue "La noche del apagón"

En las noches del 20 al 27 de julio, la Policía Federal, el Ejército, la Gendarmería y la policía jujeña -que dependían del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo de Luciano Benjamín Menéndez- realizaron operativos de secuestro y detención en las localidades de Calilegua, Ledesma y Libertador General San Martín.

Para ellos contaron con cortes totales de energía eléctrica, que no pudo determinarse judicialmente que hubieran sido provocados por Ledesma, para moverse en la penumbra. Las personas que fueron privadas ilegalmente de la libertad pasaron por distintas unidades policiales o de la Gendarmería y, en todos los casos, fueron conducidas al centro clandestino de detención que funcionó en la hostería de Guerrero. Algunas de estas personas fueron desaparecidas y otras enviadas a la Unidad 9 de La Plata o a la cárcel de Villa Devoto.