Un AD10S que no estuvo a la altura de Diego

Diego Armando Maradona murió ayer y hoy todo el centro porteño -con la plaza de Mayo como punto de encuentro popular- se inunda de la emoción de cientos de miles de personas. Una larga fila espera bajo un sol potente, para ingresar a la Casa Rosada y despedir al prócer argentino que, a pesar de sus contradicciones y una vida tumultuosa, brindó alegría a la Argentina.

Hinchas de todos los equipos y banderas de todos los colores (las rivalidades quedan de lado) pasan frente al féretro donde descansan los restos del ídolo popular. "Esta es tu tierra, esta es tu gente, nunca te vamos a olvidar", dice un chico con una remera estampada con la cara de Diego. Y se va llorando mientras camina por Avenida de Mayo.