Murió Carlos Griguol, parte importante de la gran historia del fútbol argentino

El exjugador y entrenador cordobés Carlos Timoteo Griguol falleció a sus 86 años, según confirmó en un tuit su yerno Víctor Marchesini -también ex jugador, de Ferro y Boca entre otros clubes. Griguol estaba internado desde hacia varias semanas en el sanatorio Los Arcos, en el barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires por el agravamiento de una afección pulmonar derivada del coronavirus. Con él se va una parte importante de la historia del fútbol argentino. Fue destacado mediocampista de Atlanta, Rosario Central y la selección argentina entre 1957 y 1969; pero su mayor trascendencia la adquirió luego de su retiro, cuando se inició como director técnico. En esa posición fue campeón argentino con Rosario Central (Torneo Nacional 1973) y Ferro Carril Oeste (Torneos Nacionales 1982 y 1984). También dirigió a River en 1986-87 y se consagró campeón de la Copa Interamericana. En la década de los años 90, dirigió varios recordados equipos de Gimnasia y Esgrima La Plata que fueron subcampeones en los torneos Clausura 1995 -en aquella recordada definición que terminó por consagrar a San Lorenzo en la última fecha-, Clausura 1996 y Apertura 1998. 

Apodado "Timoteo", "El viejo" o "El Maestro", tenía sabiduría y carisma para dirigir equipos dotados siempre de gran funcionamiento defensivo, disciplina táctica y eficacia ofensiva. En sus dos títulos con Ferro, especialmente con el equipo del 84, rozó la perfección de un fútbol equilibrado, contundente y vistoso a la vez. Además tenía condiciones innatas de formador y educador de jugadores: no solo los ubicaba dentro del campo de juego y sabía explotar sus mejores condiciones, también era sabio consejero de vida para los más jóvenes. Quedan en el recuerdo y, gracias a las imágenes de archivo, se recordará por siempre sus gestos al costado del campo del juego, ese golpe en el pecho que les daba a los jugadores de Gimnasia antes de salir a jugar y sus graciosos comentarios, siempre dichos con una inconfundible tonada cordobesa que nunca perdió a pesar de haber vivido más de la mitad de su vida en la Ciudad de Buenos Aires.