Golpe de Estado de 1930: el gobierno de Hipólito Yrigoyen hasta su caída

El 6 de septiembre de 1930 fue la primera ocasión en que se interrumpió el orden democrático en Argentina: el presidente Hipólito Yrigoyen, elegido por el voto popular dos años antes, fue derrocado. 

Encabezado por el teniente general José Félix Uriburu, fue el primer golpe cívico militar argentino y contó con el apoyo del ejército, las élites conservadoras y los factores de poder dominantes, que estaban en contra de las medidas políticas y económicas llevadas adelante por la gestión de Yirgoyen. La flamante dictadura mantuvo a la Corte Suprema de Justicia, que convalidó la acción antidemocrática con la llamada "doctrina de los gobiernos de facto" y que justificó el golpe para "asegurar la paz y el orden de la Nación". De esta forma, Yrigoyen, que había ganado las elecciones de 1928 con una mayoría superior al 61%, no pudo completar su segundo mandato. 

El escenario previo al golpe

Las políticas de corte nacional y estatista de Yrigoyen provocaron el malestar de las élites dominantes y determinaron su caída. Eran medidas enfocadas a la intervención del Estado como factor dominante de la economía en sectores estratégicos como el petróleo (YPF), los ferrocarriles (Ferrocarriles del Estado), la aviación con el desarrollo de la Base Aérea Militar del Palomar y la Fábrica de Aviones de Córdoba, entre otras.

Por otra parte, los diarios de la época -un fuerte factor de poder en la época- habían estado ridiculizando y deteriorando la imagen del caudillo radical. Otra de las razones de la caída fue el contexto de crisis económica que vivía el mundo luego del crack de la bolsa estadounidense, en 1929, que repercutió con nefastas consecuencias en nuestro país. La clase media, que había sido la base del gobierno yrigoyenista, también le dio la espalda. El New York Times del 7 de septiembre de 1930, escribió: "Yrigoyen combatió los propósitos de Estados Unidos. Washington espera una mayor cooperación del nuevo régimen político. El presidente argentino rehusó designar un representante aquí. Luchó contra la Doctrina Monroe"

Los historiadores coinciden en afirmar que este hecho de interrupción constitucional fue el inicio de una serie de golpes de Estado que azotaron a la democracia y que habrían de repetirse en 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976.