Ciencia con impacto tecnológico: ¿En dónde podemos en nuestra vida cotidiana?

La coalición entre ciencia y sociedad suele estar estereotipada como una unión poco natural. Pero esta concepción nace del antagonismo que provocó la división entre las ciencias exactas y las sociales, cuando en realidad el motor principal del desarrollo tecnológico tiene su raíz en resolver problemáticas que se generan en el paradigma sociocultural. Esta brecha es la que busca reducir la Fundación INVAP, el espacio de difusión de la empresa homónima de alta tecnología dedicada al diseño y construcción de dispositivos en áreas como energía nuclear, tecnología industrial y espacial. Verónica Garea, presidenta de la Fundación, explicó que uno de los objetivos del organismo es poder resaltar el impacto social positivo que produce el desarrollo tecnológico argentino.

"Nosotros buscamos aplicar una metodología de trabajo, derivada de la metodología INVAP, que se construye del conocimiento y de la experiencia pero busca impacto social de manera más inmediata. Tenemos proyectos que acompañan proyectos de emprendedores, personas que tienen ideas para solucionar alguna problemática social o ambientar y la quieren implementar a través de una PyME", describe Garea.

La Fundación incuba proyectos como "Emprende Conciencia", para acompañar a emprendedores de estos proyectos, y "Bioenergía Andina", donde se buscan residuos forestales de las ciudades de la Patagonia como combustible de calefacción para palear la pobreza energética.  "Nuestro objetivo como organización es que la fundación siga creciendo y pueda seguir ayudando a cada vez más personas que intentan aplicar su conocimiento al servicio de la sociedad", aclaró la titular.

Tecnología desde la diversidad

Luego de un proceso de reorganización, el organismo se encuentra con un equipo conformado casi en su totalidad por mujeres, un hecho que no es recurrente en los nichos de ciencia STEM. Verónica Garea es ingeniera nuclear con un Doctorado en Física en Ingeniería y un Posgrado en Matemática. Trabajó en Seguridad y Confiabilidad de sistemas tecnológicos complejos y participó de proyectos nucleares, espaciales y de defensa.

Pero esto no es lo común: según un estudio de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), seis de cada diez universitarias son mujeres pero solo el 25% del total estudian ingeniería o ciencias aplicadas. En universidades como la Universidad Tecnológica Nacional solo el 19,4% de su alumnado es femenino y su mayoría se concentran en Ingeniería TExtil e Ingeniería Química.

No es dato menor que el equipo ejecutivo de la Fundación INVAP esté compuesto por cuatro mujeres y que en el consejo de administración, compuesto de seis personas, sean dos. "La presencia de mujeres en la Fundación está desde el principio y creo que sí, la diversidad siempre le da un sesgo claro y una riqueza a los proyectos. Venimos construyendo esa diversidad y espero qur sigamos ese camino", acotó Garea.

 

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