Ray Bradbury: el escritor que predijo nuevos mundos

Desde muy joven, Raymond Douglas Bradbury se dedicó a mirar el cielo. La fascinación por las estrellas, los planetas y el universo en general lo llevaron a pasar largas noches observando el infinito, donde imaginó nuevas formas de vida en el futuro de la humanidad. Nacido en la ciudad norteamericana de Waukegan, el 22 de agosto de 1920, Ray, convirtió su infancia solitaria en un mundo propio. Pasó su juventud en Los Ángeles, donde descubrió la vocación por la literatura leyendo autores clásicos, como los mitos griegos, historia romana antigua y los viajes de Julio Verne. En ese momento entendió que lo único que le importaba era ser escritor. Graduado de Los Ángeles High School en 1938, entendió que no podría ir a la universidad por falta de recursos económicos, por lo que continuó formándose como autodidacta. Para ello, utilizó la biblioteca pública donde pasaba largas jornadas absorbiendo todo los autores que podía. Allí comenzó a forjar el mito que lo convertiría en uno de los escritores más reconocidos del mundo. 

Un joven Bradbury cargado de amplios conocimientos sobre astrofísica, antiguos relatos de las primeras civilizaciones occidentales y mucha imaginación, lograron el combo ideal para que escribiera sus primeros cuentos. Crónicas Marcianas, su primer libro de cuentos publicado en 1950, desconcertó al mundo como uno de los libros más profundos sobre los temas centrales de la humanidad, como el amor, la traición y la muerte. “¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad?, se preguntó Jorge Luis Borges en el prólogo de su primera edición en castellano. 

¿Qué predijo Bradbury?

Ray Bradbury fue un escritor de nuevos mundos que traspasó la barrera de la ciencia ficción. Sus relatos cargados de humanidad cuestionan ciertos comportamientos individualistas de las personas como el aislamiento social y el uso desmedido de la tecnología. Fahrenheit 451, otra de sus obras maestras, relata un futuro distópico donde la humanidad vive sin libros. “En mis obras no he tratado de hacer predicciones acerca del futuro, sino avisos", dijo el escritor acerca de las posibilidades de un colapso de la civilización. Sin embargo, muchos artefactos salidos de su imaginación hoy pueden verse en las calles de cualquier ciudad, como televisores de pantalla plana, auriculares, cajeros automáticos y el desarrollo de inteligencia artificial. Falleció el 5 de junio de 2012, dejando un legado infinito de buena literatura.