La dactiloscopia: un invento argentino y un hito en la criminalística

En la actualidad, la clasificación y el registro de huellas dactilares son herramientas fundamentales para identificar personas, entre otros usos vinculados a la seguridad y la tecnología.

El origen de la técnica que instrumentó este invento se remonta a nuestro país en 1888. Desde entonces, su difusión tuvo gran impacto a nivel global. 

En el video, la historia del método.

¿Cómo se implementó la dactiloscopia?

Juan Vucetich, nacionalizado argentino y de origen croata, ingresó a la Policía de la provincia de Buenos Aires en 1888 y en 1891 ya dirigía la oficina de estadística. A pedido del jefe de Policía, se dispuso a crear una sección de identificación de reclusos. 

En ese entonces ya se sabía que cada persona cuenta con un dibujo único en las yemas de sus dedos, pero no había un sistema preciso de clasificación.

En septiembre de ese año, el antropólogo diseñó una ficha para tomar las impresiones digitales de los 10 dedos. Creó, además, una serie de instrumentos que permitieron dividir las huellas en categorías y encontrarlas rápidamente en un archivo; así se podría compararlas al detener a alguien en la investigación de crímenes.

El método Vucetich se usó primero para clasificar a 23 procesados, y luego a todos los detenidos que había en la cárcel de La Plata. Su implementación en criminalística llegaría con la investigación de un filicidio: una mujer llamada Francisca Rojas que había culpado a su vecino del asesinato de sus tres hijos. Una huella suya en la escena del crimen fue cotejada usando la dactiloscopia y se la condenó por el crimen.

La dactiloscopia hoy

A partir del crimen de Rojas se consideró a la dactiloscopia como un aporte fundamental a la criminalística. En 1896, la identificación mediante huellas digitales se oficializó con el Sistema Dactiloscópico Argentino y para el siglo 20 ya se utilizaba en todo el mundo. Con el tiempo se implementó en otras áreas, como el Ejército, el sistema electoral y los registros migratorios.

En la actualidad, el método sigue siendo esencial en el ámbito forense y en la identificación de personas para diversos fines. También se utiliza para hacer pagos electrónicos, desbloquear teléfonos celulares, marcar el ingreso a áreas de trabajo o abrir cerraduras.